Página inicio CONMEBOL

NOTICIAS DESTACADAS

Anuarios de la CONMEBOL Libertadores y CONMEBOL Sudamericana 2023
Anuarios de la CONMEBOL Libertadores y CONMEBOL Sudamericana 2023
¡Basta de racismo! La CONMEBOL y EA SPORTS lanzan nueva indumentaria EA SPORTS FC™ 24 Ultimate Team™
¡Basta de racismo! La CONMEBOL y EA SPORTS lanzan nueva indumentaria EA SPORTS FC™ 24 Ultimate Team™
Colombia asegura su pase a la Fase Final  
Colombia asegura su pase a la Fase Final  

Reinaldo Rueda en la cima de América

El técnico de Atlético Nacional fue distinguido como el mejor entrenador del año pasado. “Creo que sé potenciar a mis jugadores, estimularlos, llevarlos al máximo”, dijo.

Reinaldo es el mejor padre, el mejor marido, la mejor persona que he conocido en el fútbol". Así define Gerardo Pelusso al técnico de Atlético Nacional que anoche recibió el premio al mejor entrenador de América según la encuesta "América y Europa le responden a El País".

Rueda llegó a Montevideo el martes y lo hizo con un gran sacrificio porque fue operado de la cadera el mes pasado, lo que todavía lo obliga a usar una silla de ruedas. Es más salió por primera vez de su casa en 41 días para tomarse el avión y viajar a Uruguay.

"He estado aquí varias veces, gracias a Dios y al fútbol. Es un bello país. Los uruguayos son algo excepcional. Siempre los pongo de ejemplo para mis jugadores, les hablo de lo que significan los uruguayos para el fútbol del mundo. Es increíble que un país tan pequeño y con poca población genere tanto fútbol. Es extraordinario", dijo Rueda rompiendo el hielo.

El mejor entrenador de América ha dirigido tres selecciones nacionales, lo que no es poca cosa: la de su país, Colombia y también las de Honduras y Ecuador. En la selección cafetera estuvo al frente de todas las categorías. "Es más satisfactorio el trabajo con los jóvenes, porque uno llega a verlos realizados como hombres y profesionales. Además, uno tiene con ellos más tiempo para trabajar, aunque esto cada día se va reduciendo. Hoy ya los Sub 20 y hasta los Sub 17 inclusive pueden ser de elite y eso es complejo para las selecciones nacionales. El trabajo con los mayores, ya sea en la selección o en los clubes profesionales es tan intensa que no hay tiempo de llevar a cabo muchas fantasías que uno tiene", contó.

"En los trabajos tácticos, por ejemplo, hay mucha cosa que se queda en el papel, que se queda en la planificación. Por cuidar el tema del desgaste de los jugadores, de los viajes, de los partidos, no se hacen las repeticiones que se necesitan, ni se trabajan tanto las jugadas. Esas fantasías se quedan en el papel", aclaró.

"El fútbol es un aprendizaje diario, y a mi seguramente me queda mucho por aprender todavía", afirmó con humildad. Y destacó la satisfacción que le quedó tras dirigir tres selecciones. Increíblemente, con Honduras y Ecuador logró el objetivo de clasificar al Mundial, lo que no pudo hacer con su país. Es más, por más que le gusta mucho Uruguay fue aquí, cuando los celestes le ganaron a Colombia 3 a 2 que se quedó en la sexta posición de las Eliminatorias para Alemania y no pudo acceder al repechaje.

"Igual fue positivo, teniendo en cuenta cómo estaba la selección cuando la tomamos, con un solo punto. Y sembró para el futuro", destacó.

Pero fue su experiencia en Honduras la que lo marcó. Hacía 28 años que la selección no clasificaba a un Mundial y los padres y abuelos le decían a los más jóvenes que nunca iban a volver a conseguirlo. "Fueron 4 años de un gran aprendizaje. Llegué un país con una gran cantidad de problemas y con una incredulidad muy grande en el fútbol. Empezamos un proceso educativo. Fue algo muy lindo que terminó con la clasificación. Recibir el reconocimiento, el pasaporte hondureño y tanto cariño de la gente, fue muy hermoso para mí."

Algo parecido le pasó con Atlético Nacional, que no ganaba la Copa Libertadores desde hacía 27 años. Y él regresaba al fútbol colombiano después de 13 años. Apenas llegué le dije a los jugadores que venía de dos Mundiales consecutivos y que ellos ya habían ganado todo en Colombia, la Liga, la Superliga, la Copa. Les dije que estaban para jugar un Mundial, pero que para eso había que ganar antes la Libertadores. Ese fue el primer discurso al plantel. No fue fácil porque venían de un proceso muy exitoso con el profe Osorio, pero no se había dado el gran paso de ganar algo internacional. La campaña fue muy grande por lo que expresó el equipo en la cancha".

Chapecoense.

El accidente aéreo que sufrió Chapecoense, cuando iba a jugar frente a su equipo la final de la Sudamericana, empañó un año casi perfecto para Rueda. "Cada vez que alguien me dice qué gran año tuvimos en el 2016, se me atraviesa Chapecó en la cabeza. Se dañó el año con ese insuceso. Sobre todo por lo humano, por esas familias destruidas. Y aparte nos privó de disputar una final sudamericana. Teníamos una gran ilusión, queríamos ganar los dos títulos del año por el gran equipo que se había formado. Como le dije a los jugadores, fue una lección de Dios y de la vida. Entender lo importante que es un rival, que nos hace siempre crecer. No tuvimos rival y no pudimos jugar la final".

Atlético Nacional había viajado varias veces en el avión del accidente y hasta con el mismo comandante. "Fue algo que no podíamos asimilar. Viajamos más de seis veces con ese comandante y en esa misma aeronave. Casi siempre en situaciones al límite en los vuelos, por las escalas, por donde se abasteció de combustible, por la salidas que hicimos a media noche de Bolivia, de Perú, de Paraguay. Hubiéramos podido ser nosotros".

Aunque no nació allí, se crió en Yumbo, un municipio cercano a Cali, donde viven 250.000 habitantes. La familia se mudó allí por el trabajo de su madre, que era profesora. Y allí nació su pasión por el fútbol. "Allí se desarrolló el virus del fútbol y empecé a soñar. Es más, siempre tuve la ilusión de jugar. Como todo niño quería ser delantero y hacer goles, pero terminé de defensor central, las condiciones no me dieron", contó, quien en aquellas épocas era gran admirador de Beckenbauer.

Siempre jugó como amateur, lo que demuestra que no necesariamente se tiene que ser un buen jugador, para ser un gran técnico. "Ser entrenador es un apostolado especial. Tiene mucho de intuición, de vocación. Hacer equipos es lo principal. Un profesor de aquella época me dijo que esto era lo mío. Siempre me fue bien y siempre fui campeón".

Se rie al preguntarle cuál es su mayor virtud como técnico. "Creo que sé potenciar a mis jugadores, estimularlos, llevarlos a la máxima expresión y hacer el equipo".

Volvió de Alemania y su hija no lo conocía.

Tras un recorrido de diez años en el fútbol de aficionados de Colombia, tuvo la posibilidad de ir a prepararse a Alemania por un convenio entre dos universidades y la Federación alemana. Vivió allí dos años. "Me aportó mucho, en mi cabeza, en la concepción del mundo. En como estructurar el método de entrenamiento. Justo coincidió con la Alemania campeona del Mundo en Italia 90. Recibí muchas herramientas y formación". Cuando se fue, ya estaba casado y acaba de nacer su primera hija, Alejandra, que hoy es periodista. "Fue muy duro, muy difícil. Mi mujer fue vital, me visitaron una vez, al año. Y cuando regresé mi hija no me conocía y decía que yo no era su padre. Que su padre estaba en Alemania". Hoy mantiene muchos amigos en Alemania y dirigir a un equipo alemán es su gran sueño.

 

Silvia Pérez/ovaciondigital.com.uy

ÚLTIMAS NOTICIAS